Creatividad e improvisación
La improvisación es el arte de dejar fluir las emociones por el alma durante un espacio de tiempo Así definiríamos la improvisación en la escena teatral, pero ¿podemos utilizar este recurso para nuestra vida diaria? La esencia de la creatividad está en la improvisación, es decir no se puede concebir el hecho creativo sin un componente de improvisación como búsqueda subjetiva de elementos creativos, pero esa búsqueda solo la podemos realizar si nos permitimos ser espontáneos y jugar en el más literal e infantil sentido de la palabra. Jugar es explorar, es conocimiento, experiencia, encuentro dentro de un espacio no invadido por el pensamiento ni por los valores aprendidos. Jugamos e improvisamos para crear nuestra realidad, nuestro campo de juego, pero eso solo nos lo permitimos en la infancia. La llegada de la madurez, las responsabilidades y un estricto racionamiento del tiempo, frustran todo intento de actuar de un modo espontáneo e improvisado. De todos es sabido que un bebé ríe más que un niño, o que un adolescente, y ni que decir tiene que un adulto. Un bebé cuenta con un basto espacio de experimentación sensorial y emocional, que va construyendo su personalidad. Pretender recuperar esa espontaneidad y capacidad de asombro de adultos es más que imposible, pero sí podemos abrir ventanas, por pequeñas que sean, a espacios donde lo espontáneo, no reglado, lo improvisado tenga cabida y nos conecten con la alegría interna. Para ello solo necesitamos: tiempo y apagar el interruptor del pensamiento y la auto crítica, para fluir en la intensa experiencia...