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¿Cómo es la terapia EMDR?

La terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR, por sus siglas en inglés “Eye movement desensitization and reprocessing”) es una herramienta y un enfoque terapéutico desarrollado en la década de 1980 por la psicóloga estadounidense Francine Shapiro. Se utiliza principalmente para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT), aunque también se ha aplicado con éxito en otros trastornos como los de ansiedad, o dolor crónico, así como de forma positiva en contextos no clínicos como el la psicología positiva o el coaching ejercido por psicólogos cualificados (para potenciar la motivación, mejorar el rendimiento y reducir la ansiedad ante eventos o ejercicios).

Explicado a grandes rasgos la terapia EMDR parte del hecho de que los eventos traumáticos quedan almacenados en ocasiones de manera disfuncional en nuestra memoria, causando diversos síntomas y malestar emocional. La terapia busca un nuevo procesamiento (reprocesar) y desensibilizar los recuerdos traumáticos para que pierdan su efecto emocional negativo disfuncional y se integren de manera más saludable en la estructura cognitiva del individuo.

Una parte fundamental de la teoría que sustenta el efecto de la terapia EMDR es la del “cerebro triuno”. Según este modelo, el cerebro humano está compuesto por tres sistemas que reproducen la filogénesis de las especies y se han desarrollado a lo largo de la evolución: el sistema reptiliano (que compartimos con los reptiles), el sistema límbico (que es el propio de los mamíferos) y el cortex (lo más reciente y más propiamente humano). Los tres sistemas tienen una jerarquía de arriba a abajo, pero dependiendo de la situación cada uno de los sistemas tiende a “coger el control” de forma automática, como cuando mi reflejo se activa sólo si me acerco por ejemplo a un cuerpo caliente como una llama.

El sistema reptiliano, también conocido como el cerebro primitivo, es la parte más antigua y básica del cerebro. Está asociado con funciones instintivas y de supervivencia, como la regulación del ritmo cardíaco, la respiración y las reacciones de protección ante eventos aversivos, como los reflejos de parálisis, lucha o huida.

El sistema límbico, a menudo llamado el cerebro emocional, es responsable de las emociones, la memoria y la regulación del estado de ánimo. Incluye estructuras como el hipocampo, la amígdala y el sistema de recompensa. El sistema límbico desempeña un papel crucial en la respuesta al estrés y la formación de recuerdos emocionales.

El cortex o corteza cerebral, también conocido como el cerebro pensante, es la parte más evolucionada del cerebro humano y está asociado con el pensamiento racional, la toma de decisiones y la autorreflexión. Es donde ocurren los procesos cognitivos superiores, como la planificación, el razonamiento y el control consciente.

Así mismo es muy importante en la conceptualización de casos clínicos la consideración de los principios de las teorías del apego, especialmente en lo que se refiere a pautas y estilos afectivos y de vinculación.

En la terapia EMDR, se considera que los recuerdos traumáticos se almacenan predominantemente en el sistema límbico, donde están conectados a emociones intensas y perturbadoras a veces demasiado rígidas que condicionan cómo afrontamos ciertas situaciones, relaciones o vínculos. A su vez el o los eventos traumáticos quedan asociados a reacciones por parte del sistema nervioso encaminadas a la inhibición o hiperactivación de ciertas respuestas y procesos, que pasado un tiempo vuelven a dispararse ante eventos del presente con los que se asocia. Durante las sesiones de EMDR, tras una evaluación adecuada y una identificación de eventos, el terapeuta guía al paciente a través de una serie de movimientos oculares o estímulos bilaterales alternativos, mientras se enfoca en el recuerdo traumático o en las situaciones de re-experimentación de las reacciones traumáticas.

El objetivo de estos estímulos bilateralizados es facilitar el procesamiento adaptativo de la información, permitiendo que los recuerdos traumáticos (emociones, cogniciones, sensaciones e imágenes) se conecten con redes cognitivas nuevas, más maduras y por lo tanto más adaptativas en el cortex. A medida que se reprocesa el recuerdo, se busca una nueva resolución y una nueva comprensión y re-significación del evento traumático, lo que ayuda a reducir la angustia emocional asociada.

OTRAS VÍAS DE ESTIMULACIÓN BILATERAL
Aunque los movimientos oculares son una forma común de estimulación bilateral utilizada en EMDR, también se pueden emplear otras vías sensoriales, como la estimulación táctil o auditiva. De hecho, combinar diferentes tipos de estimulación bilateral suele ser más efectivo para algunas personas.
En el caso de la estimulación táctil, el terapeuta puede utilizar unos pulsadores que vibran mientras el paciente los sostiene en sus manos, o de forma manual, dar suaves toques o golpecitos rítmicos en las manos, rodillas y hombros del paciente, a veces aprovechando puntos de tapping, alternando entre ambos lados del cuerpo. Estos toques pueden ser una forma de estimulación táctil bilateral que ayuda a activar el sistema nervioso y a promover el procesamiento adaptativo de los recuerdos traumáticos.
La estimulación auditiva también se utiliza en EMDR. El terapeuta puede utilizar auriculares o altavoces para presentar sonidos bilaterales, como tonos o pulsos rítmicos que se alternan entre el oído derecho y el izquierdo. Esta estimulación auditiva bilateral proporciona una experiencia sensorial similar a la de los movimientos oculares, ayudando a facilitar el procesamiento y la integración de la información traumática.
Es importante destacar que la elección de la vía sensorial utilizada para la estimulación bilateral depende de las preferencias y la comodidad del paciente. Algunas personas pueden responder mejor a la estimulación táctil, mientras que otras pueden encontrar más beneficios en la estimulación auditiva. La combinación de diferentes modalidades sensoriales también puede ser beneficiosa para adaptarse a las necesidades individuales de cada persona.
En última instancia, el objetivo de la estimulación bilateral en EMDR es crear una experiencia sensorial dual y bilateral que active los diferentes hemisferios cerebrales y facilite la reorganización de los recuerdos traumáticos. Al estimular ambos lados del cuerpo o ambos oídos, se promueve una comunicación interhemisférica y se facilita el procesamiento y la integración adaptativa de la información traumática.

Aunque los movimientos oculares son comunes, también se pueden utilizar otras vías sensoriales como la estimulación táctil o auditiva. La combinación de diferentes modalidades puede ser más efectiva a veces, la elección de la vía sensorial depende de las preferencias y comodidad de cada persona.

En resumen, la terapia EMDR es un enfoque terapéutico que se utiliza para tratar el trastorno de estrés postraumático, trastornos de ansiedad y otras dificultades emocionales o adaptativas. Así mismo permite avanzar más rápidamente en procesos de desarrollo personal, mentoring o coaching, potenciando recursos de la persona. En el entorno clínico mediante la estimulación bilateral, la terapia busca reprocesar y desensibilizar los recuerdos traumáticos, facilitando su integración en estructuras cognitivas más adaptativas en el cortex. La teoría del cerebro triuno así como la del apego, proporcionan un marco conceptual para comprender cómo los recuerdos traumáticos pueden estar arraigados en diferentes partes del cerebro, y cómo el procesamiento adaptativo puede ayudar a aliviar la angustia emocional.

Consulta los datos sobre la eficacia de la terapia EMDR

Es importante destacar que la eficacia de cualquier tratamiento puede variar según la persona y las circunstancias individuales. Si estás interesado en recibir terapia EMDR o conocer más detalles específicos sobre su eficacia y uso oficial, te sugiero consultar fuentes adicionales, como investigaciones científicas, publicaciones especializadas y sitios web oficiales de organizaciones relevantes como la EMDR International Association (EMDRIA) y el National Center for PTSD.

Recuerda que siempre es recomendable hablar con un profesional de la salud mental acreditado y especializado para obtener una evaluación y recomendaciones personalizadas sobre el tratamiento más adecuado para tus necesidades.

Iñaki López
ilopez@psicologiaenmadrid.es

Apasionado del estudio del ser humano y del funcionamiento de la mente/consciencia, soy psicólogo general sanitario desde el año 2008. Mi actividad se centra en la psicoterapia individual, de pareja y familia, el coaching y la terapia de grupo. Atiendo en mi ciudad natal, Madrid, o a través de videollamada y teléfono. Puedes consultar mi perfil completo para ampliar información o solicitar cita. Desde el año 2012 estoy asociado con la excelente psicóloga Andrea Navarrete; de donde viene el nombre IA (Iñaki+Andrea) Psicólogos.