26 Sep Por qué el 100% no es tu nivel óptimo: Lecciones desde la Psicología y la Economía
En un mundo obsesionado con la búsqueda implacable del 100% de eficiencia y perfección, conviene entender que la excelencia no siempre se encuentra en el extremo de la escala. Como equipo de psicólogos y coaches que ofrecen servicios tanto presenciales como online, hemos investigado y trabajado con personas en diversas áreas de la vida, y hemos llegado a una conclusión esencial: el 100% no es tu nivel óptimo (al menos no siempre). En este artículo, exploraremos por qué perseguir constantemente la perfección puede ser contraproducente y cómo el margen de adaptación y la aceptación de errores son clave para que el aprendizaje y el rendimiento sean efectivos.
La Falacia del 100% de Eficiencia:
Uno de los conceptos fundamentales que respalda nuestra hipótesis es la idea de que un sistema que opera al 100% de su capacidad no tiene margen para adaptarse a novedades o cambios (o regenerarse). Esto se relaciona con la ley de rendimientos decrecientes en economía, que sostiene que a medida que se aumenta una variable de producción mientras se mantienen las demás constantes, el rendimiento disminuye. Esta ley formulada por el napolitano Antonio Serra en el siglo XVI para la economía, como tantos aspectos de esta rama del conocimiento, se extiende a muchos aspectos de la vida. Pensemos por ejemplo en los recursos necesarios para terminar una zanja, tal vez 2 operarios: imaginemos aumentar la plantilla para la tarea en 500 operarios y se entenderá esa regla.
Un estudio relevante en esta área, realizado por el psicólogo Robert C. Wilson de la Universidad de Arizona, examinó a través de la recreación de modelos cómo los sistemas que operan a un nivel cercano al 100% de eficiencia tienen una menor capacidad para adaptarse a situaciones inesperadas. Este estudio sugiere que la flexibilidad y el margen para errores son cruciales en la mejora continua y el ritmo de aprendizaje.
Aprender de los Errores:
Otro aspecto importante de esta discusión es la relación entre la eficiencia y la posibilidad de cometer errores. Un sistema que busca el 100% de eficiencia implica que no hay espacio para cometer errores, lo cual es poco realista y perjudicial para el crecimiento personal y profesional. Los errores son oportunidades de aprendizaje valiosas.
La psicología ha demostrado una y otra vez que los errores pueden ser catalizadores del crecimiento. En lugar de temerlos, debemos abrazarlos y aprender de ellos. El proceso de ensayo y error es intrínseco al aprendizaje humano y especialmente en el desarrollo de nuevas habilidades. De hecho cuando se ha tratado de ver las características que diferencian a los maestros de un aprendiz bien entrenado, es precisamente en el mayor repertorio de errores que se han visto obligados a manejar.
Pero ¿cuánto error es bueno? La cifra mágica del 15% de error
En el estudio de Robert C. Wilson, junto con investigadores de varias universidades Americanas trataron de cuantificar este margen de error óptimo. Algo que en psicología del aprendizaje y del desarrollo humano teorizó Leon Vigotsky en el año 1931 con su concepto de la “Zona de desarrollo próximo” (ZDP) algo plenamente aceptado en psicología (ver cuadro). En la investigación de 2019 llegaron a la conclusión de que ese margen de error estaba en el 15%.
“Si tienes una tasa de error del 15% o un nivel de acierto del 85%, maximizas tu nivel de aprendizaje” (Robert C. Wilson)
El Modelo Rígido de Éxito/Fracaso:
Muchas veces, detrás de la búsqueda obsesiva de un 100% de eficiencia, subyace un modelo rígido de éxito y fracaso. Este enfoque bipolar puede llevar a un exceso de estrés, ansiedad y una mentalidad de todo o nada. En lugar de ver el rendimiento como una escala que puede variar, algunas personas lo ven como un interruptor que está encendido o apagado. Obsesionarse con el éxito absoluto te hace perder la perspectiva de los éxitos parciales y progresivos, y sin darnos cuenta esta dinámica puede fácilmente sumirte en una especie de depresión. A los humanos nos sientan bien los desafíos y las tareas difíciles, pero no muy difíciles.
Aplicaciones Prácticas:
Hemos observado estas dinámicas en muchas áreas de la vida, desde la educación hasta el trabajo y la preparación de oposiciones. Por ejemplo, en la preparación de oposiciones, donde el esfuerzo debe ser sostenible y prolongado en el tiempo, la búsqueda constante de un 100% de actividad puede llevar al agotamiento y al abandono prematuro.
Conclusión:
En resumen, perseguir constantemente el 100% de eficiencia no es la clave del éxito. Al contrario, esto puede limitar nuestra capacidad de adaptación, en lugar de aprender de nuestros errores y disfrutar del proceso de crecimiento. Recordemos que la vida es un proceso de desarrollo constante, y que la excelencia se encuentra como dicen los sabios y los filósofos, en el equilibrio y la flexibilidad, no en la perfección absoluta. Aceptemos nuestros errores como oportunidades para aprender y evolucionar, y liberémonos del peso de la búsqueda implacable del 100%. En última instancia, tras a veces procesos de quemarse, nuestros clientes aprenden que el margen para la adaptación y la imperfección es donde crecen y florecen el verdadero éxito y la realización personal.
Referencias:
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- Wilson, Robert C. (2019). “The Eighty Five Percent Rule for optimal learning.“
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