24 Abr Cómo ayudar a nuestros hijos ante el divorcio (I)
Cómo afronten los adultos desde el principio el divorcio influye notablemente en el impacto que puede tener sobre los hijos
Una vez que una pareja decide separarse se le plantea el duro paso de tener que contárselo a sus hijos. Todo divorcio supone una crisis dado que supone un cambio importante en la vida de la ex pareja y de los hijos, pero no en todos los casos este cambio tiene las mismas repercusiones ni la misma intensidad. Cómo afronten los adultos desde el principio el divorcio influye notablemente en el impacto que puede tener sobre los hijos.
En primer lugar, es recomendable que ambos padres les comuniquen la noticia juntos a sus hijos, intentando ser claros y adaptando su explicación a la edad de los niños. Si la edad de los hijos es muy dispar, se puede posteriormente reservar un rato para hablar con más detenimiento con cada uno por separado. Además, desde el principio se debe recalcar a los hijos que el divorcio no es culpa suya y que como padres los dos les siguen queriendo igual que siempre y van a seguir estando disponibles para ellos.
También es de suma importancia mantener a los hijos al margen de los posibles conflictos que esté habiendo entre los progenitores y, especialmente, del procedimiento judicial que supone todo divorcio. Algunos padres consideran que los hijos deben “saber la verdad sobre el divorcio y la actitud del otro”, no obstante debemos pensar si ese tipo de información es apropiada para la edad del menor y si puede repercutir negativamente en su equilibrio psicológico.
Además, se debe distinguir entre los problemas que ha podido haber en la pareja y cómo de apto es el otro como progenitor. A veces, el dolor por la ruptura de la pareja empaña la visión que tenemos del otro como progenitor, por ello hay que incidir en la diferencia entre cómo ha sido el otro como pareja y cómo ha sido – cómo es- el otro como progenitor. Por otra parte, si el adulto siente que la situación de divorcio le está sobrepasando deberá plantearse pedir ayuda profesional, ya que cuanto mejor se encuentren los progenitores mejor preparados estarán para apoyar a sus hijos a superar la separación.
Por otra parte, se debe permitir que el menor desarrolle libremente sentimientos hacia el otro progenitor y su familia, intentando evitar que se sienta culpable por expresar sentimientos positivos hacia el otro progenitor y haciéndole ver que respetamos dichos sentimientos. Por lo contrario, debemos ser comprensivos con los sentimientos negativos que puedan expresar sobre el divorcio.
Por último, es deseable que los hijos sientan que pueden seguir contando con ambos progenitores a pesar de que éstos ya no vivan juntos. Para ello se les debe facilitar que puedan comunicarse con el otro progenitor cuando no se encuentren con él y facilitar que ambos progenitores puedan participar de los acontecimientos importantes de la vida de sus hijos.