26 May Reducir mi ansiedad y estrés en 10 minutos
Así es. Tal cual: bastan 10 minutos de conciencia (al día) para entrenar la mente, y a uno mismo, y aprender a gestionar mejor la vida, con menos agobios, sin dejarnos llevar por la ansiedad y estrés. En el siguiente video lo explican bastante bien, y con malabares.
El mindfullness (cuya traducción sería conciencia plena o plena conciencia) está muy de moda. En otro artículo trataremos de hablaros más sobre el concepto.
Entre los beneficios de la práctica continuada de la relajación y meditación podemos encontrar:
- Aumento de la atención y la concentración.
- Reducción de síntomas de tensión, síntomas de ansiedad y estrés.
- Claridad de pensamiento, con menor embotamiento emocional.
- Menor presión sanguínea.
- Aumento de la creatividad y la espontaneidad, y mejora del rendimiento.
- Desarrollo de la inteligencia emocional fruto de un mayor conocimiento de las emociones, sentimientos y deseos.
- Aumento del conocimiento y la aceptación de uno mismo, así como un progresivo aumento de la capacidad de empatizar y amar a los demás.
Aquí te explicamos una manera de relajarte, practicar una meditación básica y subir la autoestima. Y te recordamos que montamos grupos relacionados con este tema durante todo el año.
Ejercicio de relajación
Y os proponemos nuestro propio módulo de 10 minutos que mezcla un poco de relajación y meditación, y se puede hacer en casi en cualquier parte (por ejemplo mientras vas al trabajo en el autobús):
Encuentra un sitio donde poder sentarte cómodamente. Cierra los ojos, haz un par de buenas respiraciones profundas (llenando los pulmones completamente, poco a poco, y soltándolo después, también poco a poco), y poco a poco (insistimos en no tener prisa) empieza a seguir el ritmo de tu respiración, anotando mentalmente si lo deseas, “dentro” cuando inhales, y “fuera” cuando exhales. Siente el aire entrando y saliendo por tus fosas nasales, o tu boca.
Si algo te distrae, un sonido, un picor, un pensamiento… no pasa nada, déjalo pasar… “anótalo” (“vale, es tal distracción) y vuelve a observar tu respiración. Practica este ejercicio a diario, y observa si hay algún cambio. No se trata tanto de hacer el ejercicio sin distraerse, sino de ir disciplinando la atención, que al fin y al cabo, es en lo que se basa casi todo.
La práctica continuada y regular, una vez al día, y a ser posible a la misma hora, con paciencia y humildad, así como un entendimiento de lo que se está haciendo, irá dando progresivamente sus frutos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]