24 Ene Cómo encontrar pareja en una hora
El otro día leía un artículo en El Confidencial sobre un experimento que realizó Arthur Aaron en 1997 para estudiar cómo pueden llegar a intimar en una hora dos desconocidos. Lo curioso del experimento no es tanto su objeto de estudio inicial, sino que para su sorpresa en algunos de los casos esas dos personas llegaban a enamorarse, consolidaban su pareja e ¡incluso se casaban posteriormente!
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¿Queréis saber cómo se enamoraban en una hora? Aquí os dejo un extracto del artículo:
La ciencia del flechazo: cómo enamorarte de otra persona, según un experimento
En «Aloneagainor», la célebre canción del grupo californiano Love escrita por Bryan MacLean, Arthur Lee cantaba “escuché algo curioso, alguien me dijo que podría enamorarme de casi cualquier persona”. Es una poética asunción emanada del verano del amor que se ha convertido, para la psicología, en una sugerente hipótesis de trabajo: ¿de verdad dos personas cualesquiera pueden enamorarse siempre y cuando se den las condiciones necesarias? ¿Cuáles son dichos condicionantes?
En «Aloneagainor», la célebre canción del grupo californiano Love escrita por Bryan MacLean, Arthur Lee cantaba “escuché algo curioso, alguien me dijo que podría enamorarme de casi cualquier persona”. Es una poética asunción emanada del verano del amor que se ha convertido, para la psicología, en una sugerente hipótesis de trabajo: ¿de verdad dos personas cualesquiera pueden enamorarse siempre y cuando se den las condiciones necesarias? ¿Cuáles son dichos condicionantes?
En 1997, el gran experto en relaciones personales de la Universidad de Nueva York Arthur Aron intentó responder a dicha cuestión en un experimento que tenía como objetivo primigenio averiguar de qué manera dos desconocidos pueden llegar a intimar en menos de una hora. Y, quizá sin pretenderlo, consiguió que dos personas se enamorasen en dicho proceso, como explicaba en la investigación, llamada «La generación experimental de cercanía interpersonal: un procedimiento y algunos hallazgos preliminares».
Las preguntas del amor
El experimento consistía en lo siguiente: un hombre y una mujer heterosexuales que no se habían visto con anterioridad entraban en una habitación a través de diferentes puertas. Allí, se sentaban cara a cara y se veían obligados a contestar a una serie de 36 preguntas. Justo después de ello, debían pasar cuatro minutos mirando fijamente a los ojos de su pareja en silencio. Aron consiguió su objetivo, y una de esas parejas se casó apenas seis meses después del experimento. Por supuesto, invitaron a su boda a los artífices de su amor, los psicólogos sociales que les habían ayudado a hallar su media naranja.
El experimento se realizaba a partir de un cuestionario de 36 preguntas que debían responder las parejas cara a cara
El trabajo de Aron se basaba en la máxima de que la creación de intimidad entre dos personas es el factor más importante para que surja una relación amistosa o incluso romántica entre ellas. Para ello, era de vital importancia el larguísimo cuestionario de preguntas que los participantes en el estudio debían responder cara a cara, y que se convierte en la gasolina que mueve el motor de las relaciones interpersonales.
¿Cuáles son las preguntas que se planteaban? Aunque en este enlace de The New York Times pueden consultarse todas, aquí reproducimos algunas de las más interesantes. Un factor a tener en cuenta es que estas se dividían en tres bloques diferentes que iban aumentando en intensidad emocional, lo que provocaba que también creciese la vulnerabilidad emocional de los implicados, así como su comprensión de la otra persona y de uno mismo.
Bloque 1
1. Si pudieses elegir a cualquier persona en el mundo para cenar con ella, ¿cuál seleccionarías?
4. ¿Cómo sería un día perfecto?
8. Nombra tres cosas que piensas que tu pareja y tú tenéis en común.
11. Cuenta en cuatro minutos la historia de tu vida con tanto detalle como puedas.
Bloque 2
13. Si una bola de cristal pudiese decirte la verdad sobre ti mismo, tu vida, el futuro u otra cosa, ¿qué querrías saber?
16. ¿Qué es lo que más valoras en una amistad?
19. Si supieras que en un año vas a morir de repente, ¿cambiarías algo de tu vida? ¿El qué?
21. ¿Qué papel juegan el amor y el afecto en tu vida?
24. ¿Cómo te sientes sobre tu relación con tu madre?
Bloque 3
25. Haz tres afirmaciones con la palabra “nosotros”. Por ejemplo, “nosotros en este momento nos sentimos…”
29. Comparte con tu pareja un momento vergonzoso de tu vida.
31. Dile a tu pareja algo que te gusta sobre ella.
32. ¿El qué, si es que hay algo, es demasiado serio como para bromear con ello?
33. Si fueses a morir esta noche sin tener la oportunidad de comunicarte con nadie, ¿qué es lo que más te arrepentirías de no haber dicho a alguien? ¿Por qué no se lo has dicho?
34. Tu casa, que contiene todo lo que posees, se incendia. Después de salvar a tus personas amadas y a tus mascotas, tienes tiempo para recuperar de forma segura algún objeto. ¿Cuál sería? ¿Por qué?
35. De todas las personas de tu familia, ¿la muerte de cuál de ellas te afectaría más? ¿Por qué?
36. Comparte un problema personal y pregúntale a tu pareja cómo lo solucionaría. Al mismo tiempo, pídele que reflexione sobre cómo parece que te sientes sobre el problema que has escogido.
La estrategia no funcionaba en todos los casos. Como señala el resumen del artículo, en aquellas ocasiones en las que las parejas habían sido seleccionadas previamente para que estuviesen de acuerdo sobre cuestiones esenciales, cuando se las dirigía para que se gustasen mutuamente o cuando se desvelaba el objetivo del experimento, no había ningún cambio en sus actitudes respecto a la otra persona. En otras palabras, no ser conscientes del proceso en el que habían sido atrapados era el factor esencial para dejarse enganchar.
El artículo completo podéis consultarlo en la web de El Confidencial.