07 Jun Cómo ejercer una medicina armónica: claves para una práctica clínica clemente, segura y sensata
Juan Gérvas y Mercedes Pérez Fernández
Médicos generales, Equipo CESCA, Madrid (España)
Introducción
El desarrollo científico y tecnológico permite responder antes y con más potencia a más variados problemas, y por mayor número de diferentes profesionales de salud. Basta pensar en las vacunas, la anestesia, la asepsia, los antibióticos, la TAC (tomografía axial computarizada), las distintas formas de presentación de la morfina, la terapia psicológica breve y otros mil conocimientos y aplicaciones que hoy hacen posible intervenir con más efectividad y precisión. Esta capacidad de modificar el curso del enfermar se acompaña, como es lógico, de una mayor necesidad de “afinar”, de adecuar la respuesta a las necesidades, para ofrecer lo mejor a cada paciente (y al tiempo evitar daños innecesarios) según sus expectativas y problemas.
Al “afinar” la respuesta no hacemos más que cumplir con el viejo y básico fundamento de la Medicina, el primum non nocere (en su versión actual, prevención cuaternaria, conjunto de actividades que pretenden evitar o paliar los daños causados por la actividad del sistema sanitario).
Lo fundamental, respecto a la clínica, es la personalización de la respuesta médica, pues cada paciente es ciertamente único, y es verdadero aquello de que “no existen enfermedades sino enfermos”. En la búsqueda de esa personalización ofrecemos una Medicina Armónica, en el sentido de equilibrada en su componente científico y humano, y ajustada en su respuesta global a las necesidades del paciente como persona.
En lo que respecta al conocimiento científico, lo importante es valorar ventajas e inconvenientes de las alternativas posibles (eficacia), y elegir las más adecuadas al paciente y a su situación, las que causen menos daño (efectividad), sin olvidar siempre el punto de vista de la sociedad (eficiencia). Se trata, pues, de ejercer con moderación, sin hacer daño (o el mínimo posible, en cumplimiento del primum non nocere) y con sentido común. Es decir, el objetivo es ofrecer una atención clínica clemente (moderada), segura (decente, con prevención cuaternaria) y sensata (sentido común). En conjunto, se trata de ejercer una Medicina Armónica, que dé respuesta a las necesidades de los pacientes con lo mejor del conocimiento científico, técnico, y de relaciones humanas.
¿Cuáles son las claves para tal ejercicio profesional? En nuestra opinión, hay al menos tres:
- El objetivo sanitario no es disminuir morbilidad y muertes en general, sino la morbilidad y mortalidad innecesariamente prematura y sanitariamente evitable (MIPSE).
- Los médicos tienen dos éticas sociales fundamentales con las que trabajar, la de la negativa y la de la ignorancia. Y
- En la práctica clínica se precisa compasión, cortesía, piedad y ternura con los pacientes y sus familiares, con los compañeros, con los gestores y políticos y con uno mismo.
Puedes seguir leyendo Cómo ejercer una medicina armónica: claves para una práctica clínica clemente, segura y sensata en la web de Equipo Cesca.