Horario:
Lunes a Viernes
10h a 20h

CONSULTAS FRECUENTES
Ejercicio físico y deterioro cognitivo en mayores (parte 2)

Podemos decir que la actividad física es un factor altamente protector de las funciones cognitivas de las personas mayores. El ejercicio físico practicado de forma regular se ha asociado con el incremento del volumen cerebral en regiones relacionadas con las funciones cognitivas que disminuyen con la edad. Los resultados de las investigaciones apuntan a un efecto protector de la funciones cognitivas de los mayores con envejecimiento normal del cerebro o en fases de deterioro cognitivo cuando se practica ejercicio. Esto se explica por las investigaciones que demuestran que la plasticidad cerebral está presente en adultos mayores, por lo cual el deterioro cognitivo no sería inalterable. Es decir, se podría revertir daños que incluso ya se hubieran manifestado por medio de un sistema de compensación de circuitos cerebrales deteriorados, ampliando la función de otras redes neuronales e incrementando el funcionamiento neurológico general. Esto genera esperanza para poder averiguar qué mecanismos nos ayudarían de forma más efectiva a conseguir estimular dicha plasticidad. Las investigaciones van aproximándose a los mecanismos que provocan cambios en la cognición mediante el ejercicio. La principal hipótesis es que el ejercicio afecta directamente a la estructura y función del cerebro. El ejercicio aeróbico aumenta el flujo de sangre cerebral, mejorando el uso del oxígeno y la glucosa del cerebro, estimulando la formación de neuronas y aumentado la conexión entre estas y la plasticidad cerebral principalmente gracias a el factor neurotrófico derivado del cerebro o BDNF por sus siglas en inglés. El BDNF no sólo influye en el funcionamiento y mejora del...

Ejercicio físico y deterioro cognitivo en mayores (parte 1)

La población española está envejeciendo rápidamente. Cada vez padecemos un mayor número de enfermedades relacionadas con el deterioro del cerebro y la vejez que afecta a la cognición. La cognición es la facultad de un ser vivo para procesar información a partir de lo que percibe y el conocimiento adquirido principalmente. El aprendizaje, razonamiento, atención, memoria, resolución de problemas, toma de decisiones y procesamiento del lenguaje son procesos cognitivos. Algunos antropólogos estiman que nuestros ancestros recorrían entre diez y veinte kilómetros diariamente para poder obtener alimentos en tiempos en los que el clima había cambiado. Nuestro desarrollo se dio en movimiento, todos los actos más simples de nuestra vida se realizaban sobre la marcha. Nuestro cerebro y nuestra capacidad cognitiva emprendieron su camino entre áridas sabanas, junglas, ríos y montañas. El movimiento, así dicho, parece algo sencillo, pero para producirse es necesario que se pongan en marcha muchos mecanismos perfectamente coordinados entre sí  para poder realizar diversas funciones. Paradójicamente, hoy en día, para conseguir el sustento no tenemos que movernos mucho, somos sedentarios y nos movemos usando diferentes tipos de transporte, y parte de nuestro ocio se materializa en el uso de aparatos electrónicos como televisores, ordenadores, tabletas y demás cachivaches que no ayudan demasiado a movernos. El polifacético Bill Nye ya lo dijo “Algo no va muy bien en una sociedad que va al gimnasio en coche para montar en una bicicleta estática”. Movernos es crucial para nuestro desarrollo al realizar nuestras diversas actividades diarias y parece que también para mantenernos sanos...

Cambios cognitivos asociados al envejecimiento no patológico

Existen multitud de definiciones de envejecimiento, la mayoría de ellas lo definen como una etapa más del desarrollo humano, en la que existe una lenta y progresiva involución, en ausencia de enfermedad. Esta involución afecta a las funciones físicas (por ejemplo, se va reduciendo la eficacia motora) y también a las cognitivas (por ejemplo, disminuye la velocidad de procesamiento) pero ello sin implicar patología, ni riesgo en la funcionalidad de la persona. Moragas (1991), enumera las características comunes en las definiciones de envejecimiento, entre las que están que es fenómeno intrínseco, progresivo, universal, individual, declinante, asincrónico, programado genéticamente y sobre el cual inciden diferentes factores como la herencia, factores ambientales y sanitarios, entre otros.

Sin embargo, la vejez patológica sería aquella que se desarrolla en un organismo con enfermedad y la vejez normal la que evoluciona sin patologías inhabilitantes. Esta clasificación resulta demasiado amplia, por ello dentro de la vejez normal también están aquellas personas que aunque no padezcan una enfermedad inhabilitante, presenta riesgo de padecerla. Tal como señala Fernández-Ballesteros, (1998) una vejez con éxito es la que mantiene salud (o ausencia de enfermedad) y habilidad funcional (ausencia de discapacidad). Dentro de este continuo, entre el envejecimiento normal y patológico existe el “deterioro cognitivo leve”, como declive cognitivo intermedio.