19 Feb Una imagen para inducir la relajación
En estos días es muy común que podamos sentirnos con estrés o con ansiedad en algún momento. Aprovechar para dedicar un tiempo a la relajación puede ayudarnos para desconectar, para salir de nuestro estado de ansiedad o de estrés y, sobretodo, para coger fuerzas para seguir adelante en el día a día.
Una de las herramientas de relajación más eficaces a la que podemos echar mano es la visualización o imaginación activa. Dejarnos llevar mientras que elaboramos una imagen relajante en la cabeza tan sólo nos lleva unos minutos y puede marcar la diferencia a la hora de afrontar la vida con mayor relajación.
Os animo a que todos lo intentéis y aprovecho para detallaros una imagen que creo os puede ser útil para alcanzar un buen estado de relajación:
Empecemos acomodándonos recostados, con ropa cómoda y en un lugar tranquilo. Cerramos los ojos y nos imaginamos una playa con arena fina y de color claro. Levantamos la vista y nos imaginamos un cielo claro y despejado, bañado con unos agradables rayos de sol. Nos deleitamos con la sensación del sol acariciando nuestra piel a la vez que sentimos una suave brisa marina.
Escuchamos de fondo el mar, las olas se mecen suavemente, se acercan a la orilla, rompen y regresan mar adentro. Nos imaginamos un velero blanco que surca las aguas apaciblemente y el color cristalino del agua. Volvemos nuevamente a conectar con la sensación de relajación que nos transmiten los agradables rayos de sol acariciando nuestra piel y la suave brisa marina, podemos sentir el agradable olor marino…nos dejamos llevar por estas sensaciones.
Ahora caminamos hacia el agua, el mar está tranquilo, con una temperatura muy agradable, nos sentimos seguros y relajados dejándonos mecer por las suaves olas. Nuevamente volvemos a conectar con el agradable olor marino, nuestros músculos están relajados en el agua, nuestra piel se baña por el sol, nos refrescamos en el agua y nos dejamos llevar por nuestro estado de relajación.
Volvemos a la orilla, andando pausadamente, hacemos tres respiraciones profundas y cuando nos sintamos preparados abrimos los ojos.