La Filosofía moral contemporánea asume, por lo general, que un agente autónomo es responsable de sus decisiones, sin la intervención de otros, de acuerdo con su propia conciencia. En Ética, el principio de autonomía prevalece sobre la heteronomía. Sin embargo, Luis Cencillo sostenía que las normas morales han de ser evaluadas e incluso construidas desde la conciencia. Su Ética “autógena” se situaba mas allá de la autonomía, en una perspectiva cultural de la condición humana, sin una sólida base natural, “desfondada”. De acuerdo con esta justificación antropológica y psicológica de la moralidad, el bien significa mucho más que seguir normas: está en juego la identidad personal. En suma, los agentes pueden “ganar” o “perder” su forma de ser en el combate a favor o en contra de la moralidad.
“Desde la conciencia: La Ética autogena”. Paideia: Revista de filosofía y didáctica filosófica. Núm. 84, 2009, págs. 23-33.