
Saben bien los economistas que el desempleo masivo tiene un gran efecto "disciplinador" sobre las condiciones de trabajo. Con unos índices de desempleo del 23%, y que en el caso de los jóvenes se dispara hasta un terrible 50%, es esperable que la explotación laboral, e incluso la auto-explotación para mantener el trabajo, aumenten. Es algo que vemos habitualmente en las personas que tienen trabajo y acuden a consulta de
psicología y coaching, y es algo que explica perfectamente la pandemia de problemas asociados al
estrés y la
ansiedad, así como el aumento del consumo de
ansiolíticos y
antidepresivos entre la población española.
Por eso sorprenden los resultados de la
IV Encuesta Adecco sobre Profesiones Felices en la que parece que el 80% de los trabajadores son felices en su trabajo. Tal vez los resultados sean fruto de la reducida muestra de la encuesta, sólo 2000 personas, o el hecho de que como hemos mencionado, muchas personas acudan "dopadas" a su lugar de trabajo. O incluso el hecho de sentirse uno afortunado por el mero hecho de tener trabajo... Conociendo por ejemplo las condiciones de trabajo de los
psicólogos en la seguridad social, sorprende también que en el resultado de la encuesta se mencione que los
psicólogos somos de los profesionales más felices, junto por ejemplo a los investigadores (con la cantidad de ellos que han tenido que emigrar, o la precariedad conocida en la que se mueve la investigación en España).
Sea como fuere, rescatamos este artículo de
El País sobre trabajo y felicidad o cómo amargarse menos, aunque odies tu trabajo.
En España, ocho de cada 10 trabajadores son felices en su trabajo. Los más plenos son los deportistas (98,9%), seguidos de los investigadores (95,45%), los profesores (95,15%), los médicos (94,44%) y los psicólogos (94,44%), según la
IV Encuesta Adecco sobre Profesiones Felices, publicada hace un mes. Por comunidades autónomas, Madrid, Navarra y Aragón son las mejores para trabajar, según el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo publicado en febrero. Vale.
La clave, según los expertos consultados, pasa por cambiar el chip uno mismo (siempre que no estemos hablando de casos extremos, como
mobbing).
¿Eres de los que no está en esa lista? ¿No te gusta tu trabajo? ¿Ni tu jefe? ¿No te reconocen tus méritos? ¿Consideras que te pagan poco para la función que desempeñas? ¿No hay forma de hacer nada sin que te controlen hasta la última coma que pones? Y, en todos estos casos, te preguntas: ¿Se puede ser feliz cuando no soporto el trabajo?
Vayamos por partes. Lo primero: no está probado que exista ninguna fórmula mágica instantánea que de la noche a la mañana convierta tu trabajo en el mejor del mundo, ni que te quite ese sueño de dejarlo todo y marcarte un
Memorias de África. Pero sí existe una serie de pautas que pueden ayudarte a llevarlo mejor. La clave, según los expertos consultados, pasa por cambiar el chip uno mismo (siempre que no estemos hablando de casos extremos, como
mobbing).
28 marzo, 2015