03 Mar El antioxidante ácido lipoico es beneficioso en la lesión cerebral
La recuperación de los tejidos cerebrales dañados es más rápida si se administra ácido lipoico, potente antioxidante utilizado para el tratamiento de enfermedades degenerativas como Parkinson, esclerosis múltiple o neuropatía diabética. El ácido lipoico es un neuroprotector al actuar como un antioxidante y agente anti-inflamatorio. Además recientemente se ha encontrado que tiene efecto angiogénico o generador de vasos sanguíneos, proceso crucial para la regeneración neuronal después de la lesión cerebral según investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la CEU-UCH, la Facultad de Ciencias de la Salud de esta Universidad y la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona en un estudió que se publicó en Clinical and Developmental immunology.
Tras una lesión cerebral se liberan sustancias oxidativas en el cerebro que provocan una respuesta inflamatoria como en cualquier otro tejido lesionado que amplía la lesión original debido a la inflamación, generando una lesión secundaria que afectará a zonas cerebrales sanas cercanas a la lesión principal. Por eso es muy importante mecanismos fisiológicos que controlen estás respuestas. En este caso una célula del sistema nervioso central llamada microglía, es la que se activa para dar lugar a una limitación de la respuesta inflamatoria evitando la extensión del daño original a zonas no lesionadas, frenando los efectos derivados de la muerte celular. La microglía es fundamental en la eliminación de residuos y la respuesta inmune, generación de vasos sanguíneos, respuestas proinflamatorias y antiinflamatorias para frenar el proceso inflamatorio, en definitiva es un controlador del buen estado del sistema nervioso central.
Los nuevos datos aportan que el ácido lipoico tiene capacidad para acelerar la respuesta inmune del cerebro tras una lesión ya que favorece la generación de células de microglía. Ayuda a restaurar los tejidos dañados por la rápida aparición de células fagocitarias que confirma la rápida activación de la respuesta inmune en el cerebro y la restauración de tejidos. También evita la cicatrización de la glía a largo plazo y promueve la barrera hematoencefálica en los vasos sanguíneos del sistema nervioso central impidiendo que sustancias tóxicas lo atraviesen y favoreciendo el paso de nutrientes.
Estos hallazgos son un paso fundamental para desarrollar estrategias para enfrentarnos a las lesiones cerebrales y enfermedades degenerativas, demostrando una vez más cómo influyen los antioxidantes en muchas patologías que padecemos debido a nuestro estilo de vida y otro tipo de lesiones.
Fotografía © Institut Douglas bajo licencia Creative Commons by-nc-nd